Orar es practicar la presencia de Dios. Es el lugar donde abandonamos el orgullo, alimentamos la esperanza y donde se hace la súplica. Con la oración admitimos nuestra necesidad y en plena humildad aceptamos que dependemos de Dios. La oración es una práctica necesaria de todo cristiano. La oración es el ejercicio de nuestra fe y nuestra esperacia. Es el privilegio de tocar el corazón del Padre mediante su Hijo Jesús.
Por ello presentamos el servicio intercesión continua para que oremos los unos por los otros. En esta sección puedes enviar tu oración a la cadena de manera que el grupo de intercesión pueda unirse contigo en oración. También puedes dar gracias a Dios por tu petición contestada o convertirte en uno de nuestro intercesores.
Creemos en los milagros y sabemos que Dios utilizará este servicio para bendecir la vida de nuestros visitantes.